Michael Bastow
Ella, tú, nosotras
a las que nos desentrañan
con ecografías vaginales
e instrumentos punzantes,
las que nos abrimos
al mundo en salas
congeladas y exentas
de ternura.
Nosotras, salimos
a la calle después
con los senos afligidos
y el útero agotado
de amarillo árido,
con los pies pisando
sobre arenas movedizas
intentando reajustarnos
la ropa interior
y la matriz.
Nosotras
las que no decimos
miedo
por puro pánico.
A las que temen
los que no saben
amarnos sin romper
el molde.
A esas, a ti, a mí,
a nosotras
nos queda lo fecundo,
la tierra fértil
que sabe como nadie
acariciar nuestros pies
y elevarnos
como globos aerostáticos
por el universo.