Suena el timbre agujereando,
demoliendo, derribando desde el
tímpano
hasta las uñas de los pies.
Pero no de una vez, no,
se atraviesa el sonido como arma de
fuego
letal
por cada uno de mis huesos.
Se atasca en el plasma,
se enrolla, se revienta contra la
coraza
que envuelve tripas y entrañas.
Devastador sonido telefónico,
amargo timbre, mi enemigo,
cómo te extraño.
...
...
5 comentarios:
A veces basta una timbrada para movernos el mundo. Buen poema.
Besos.
Me encanta la fuerza de tus versos... y en este poema me ha encantado la nitidez con que hablas del sobresalto, de ese alegrarse y entristecerse al mismo tiempo, de ese barullo que embrolla, que hiere y que, sin querer, revogoriza...
Te he conocido gracias a Trini Reina y con tu permiso me quedaré para poder leerte más veces.
Aprovecho para darte la enhorabuena por la publicación de "Eróticos desvaríos", tarde o temprano conseguiré hacerme con un ejemplar, que lo sepas :)
Un abrazo.
Gracias Jorge, cierto es que hay sonidos que mueven hasta la vida de una o del mundo..
Besicos.
Ximo me encanta verte por aquí y agradezco tu generoso comentario. Me alegra que llegaras a través de Trini que ama tanto la poesía, He visitado tus páginas y son dignas de saborearlas y detenerse para disfrutar de ellas.
Te sigo amigo.
Me encantan tus versos, en especial este, en el que se describe muy bien como el simple timbre de teléfono puede generar infinidad de emociones en nosotros, más al pensar que es la llamada que tanto esperamos, que bueno haber encontrado tu blog, espero me leas y te guste lo que hago porque de hecho el amor por los versos es compartido, felicitaciones por tu libro..... SONRÍE :)
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