lunes

ALIMENTO








El hambre de ti me acucia,

me urge ampliar instantes furtivos

brevísimos para la piel.

Aunque gracias a la memoria,

un tren de larguísimo recorrido,

hago escala en infinitas estaciones,

alargo los gozosos abrazos

y la bebida de dioses

que con tanta ansia

intercambiábamos


boca a boca:

(resina inconfundible la tuya)

me alimento a destajo.

Y me bebo hasta la tierra

que se azora debajo del vagón restaurante



al escucharme clamar lujuriosa

tu nombre

y hasta el tu sombra.





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miércoles

La indolente

Oksana Zhelisko






Cobarde y en silencio
como el tiempo asesino,
sin una mácula de esperanza,
sin un rayo que penetre
en esta oscuridad
que mantiene torpemente
mi esqueleto pusilánime,
mi carne débil y a la deriva.

Así, sin pedales en el alma
me quedo esperando
tu regreso,
incapaz de poner rumbo
hacia mi destino
que eres tú,
lamentándome
y reconociendo mi indolencia.


...

lunes

El cajón

K. P. Standard





He vuelto a abrirlo,
una tenue luz,
el chirriar de la madera,
el azoramiento que precede
a la dicha suprema
de acariciar cada recuerdo y morir.


Lo abro despacio
cerrando los ojos,
huelo el interior de la zona oscura,
el peine portador
de místicos masajes y
el frasquito de esencia
con aroma perenne
a congestiones impuras.


Y así, suicidada ya,
lo cierro de nuevo
hasta la próxima
tentativa de saltar al vacío
sin agua.


Pero con serrín suficiente
para rellenar
hasta el último aliento.


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