Ana Istarú

Ana Istarú, poetisa y actriz costarricense nacida en San José en 1960. 
Guiada por sus padres, inició muy joven la carrera literaria publicando su primer libro de poemas a los quince años. 
Junto a Eunice Odio y a Carmen Naranjo, está considerada como una de las figuras más prominentes del panorama literario de su país, con reconocimientos internacionales  como los premios españoles María Teresa de León para autoras dramáticas en 1995 y el premio Hermanos Machado de Teatro en 1999. 
En 1990 le concedieron la beca de creación artística de la Fundación Guggenheim.
De su obra poética se destacan: Palabra nueva en 1975, Poemas para un día cualquiera en 1977, Poemas abiertos y otros amaneceres en 1980, La estación de fiebre y otros amaneceres en 1983, La muerte y otros efímeros agravios en 1988, Verbo madre en 1995  y Poesía escogida en 2002.


 









Si del sexo te acuerdas

Si del sexo te acuerdas,
fiebre de abejas
traigo, el perfil de la pera
entre las piernas.
Bermejas alegrías,
mansedumbre
donde colmar tanto fervor
en ristre.
Un nido,
una copa de vino
culminando mis muslos
para calmar tu ayuno,
país de regocijo.
Para el niño
creciente
y decreciente
que tus ingles corona
de azafrán y otros humores perfectos
henchido
mi dulzor de vagina
amainará  en tu cuerpo.
Si del sexo te acuerdas
que ondea bajo mi manto
de vello y azabache,
he destruido el lamento
final de los obispos,
a puñados olvido
viejas recomendaciones,
los afectos pasados,
séquitos de dolores,
soy la tierra
y el rayo para tu sexo erguido.
Los edictos, correas rugosas,
desgarrantes
han perdido el camino.
La dicha del pistilo
me reservo.
Soy el cauce, la huella.
Si del sexo te acuerdas,
rayo y abejas. Vino


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El sol nace en tu ingle

El sol nace en tu ingle,
eleva con su esfuerzo
de dios pequeñito
la torre de tu cuerpo,
grave como él, y leve.
Su puño dorado
va erigiendo tu pene
 (envidia del arcángel
sin sexo a que atenerse)
hasta alcanzar la punta
de labio donde endulzas
tu gota de varón
y la sostienes,
la amarras como un barco
resuelto en la simiente.
Me marcarás un eco en la matriz.
Seré la lluvia, algo que inventaré
durante el vueloasida a tu entrepierna.
Y así, ¡qué paz de mar
con que bautices
el vaso de mi entraña!
Tu sol. Tu sol. Tu sol.
Mi pozo negro.



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Sobre tu frente

Sobre tu frente
los lirios mal heridos.
Si de un racimo terso
como agosto,
al leño duro vas y vienes
¿qué me queda?
Acuno tu vehemencia,
la sosiego,
un pecho y otro doy
a tu embestida. Cristales
me acoracen. ¿Qué me queda?
La luna por almohada
ha de lavarte
la pena calcinada de la nuca.
La hilacha fiera
de la angustia
traza tristes telares,
tiende un ovillo persistente
en tus pupilas.
He de zurcir en tu iris gramos brillantes.
Tanta faena. ¿Qué más yo puedo,
qué dos brazos cruzados,
qué nada que me asista, ni qué nadie? ¿Y así?
Sobre tu frente
estos lirios mal heridos:
pues hierbabuena y mi fe.
¡Bebe el milagro!

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En tu boca de greda

Tu boca es esa poza donde el ángel

hunde sus dedos dulces.

Criatura que regentas

el trance de mis brazos,
yo te miro y el corazón se torna
dos cántaros lunares,
dos pastizales líquidos
de algodón deslumbrante.

Amor,

entre tu boca de blandura de greda
van nevando mis pechos
como un paraje helado.



Escucha: hay un mano diminuta
 

Derramas,

final de la delicia,
una inicial translúcida en mi pelvis,
yo no sé qué mensaje,
qué gránulo de sal,
qué código del agua hallada entre tus sienes.
Y mi matriz es dulce
y es un astro expansivo.
Y todo me percibe: tengo un aura convexa.
Hay algo, alguno, alguien, como un rumor que emerge,
y su latido tiene la textura del crótalo,
y viaja, nido ebrio, por mi líquida entraña.
Escucha: hay una mano diminuta: está escribiendo
ese signo inicial de su relato.

Ana Istarú 


1 comentario:

anahi cao dijo...

quisiera decirle que su poesía es impactante, realmente. Mi nombre es Anahi Cao.soy poeta en Buenos Aires. gracias por publicaren la red.