sábado

Tulipán encendido

Anwen Keeling





  • Tan húmeda, tan ciega voy,
  • respiración entrecortada llevo,
  • ando dejando mi olor entre el tumulto.

  • Se me asoman las flores en el vientre
  • liberando ganas y néctar de frutas.
  • Tulipán encendido.

  • Se expanden endorfinas en el aire,
  • eclosionan, atormentadamente
  • mueren,

  • en el camino se desangran,
  • tan sedientas están.
  • Mueren por sobredosis de deseo.

7 comentarios:

elena clásica dijo...

¡Alcanzaste el cénit! La cumbre de los volcanes, te hiciste llamas y le prendiste fuego al mundo mientras las endorfinas muerten atormentadas, la vida se ilumina un poco más con tus poemas.

Comparto un concepto saludable de ciertas sobredosis.
Besazos.

Anónimo dijo...

El poder meditar es una mera de poner en orden las ideas.

¡¡¡Saludos y buen fin de semana!!!

virgi dijo...

Te había perdido y acabo de encontrarte entre flores, olores y deseos. Todo lleno de vida.
Besos

Lozzano dijo...

Me encanta este sensual poema y tu desinhibida manera de escribir.
Besos.

John Table dijo...

sexual kichin que diran algunos!
me quedo con lo de "se expanden endorfinas en el aire" ...oh rica carne, kilometros de carne sedienta..

Juan A. dijo...

El deseo prende los cortinajes del ocaso. Y lo hace sin tasa ni medida.

Bellos esos tulipanes encendidos.

Milo Pratt dijo...

Me encanta la intensidad de tu escritura, muy buen ritmo en este caso!