André Desjardins Morir es tan poco,
tan pequeña cosa ahora,
algo insípido y liviano
como un grano de arroz.
Morir ahora,
cuando llevo a cuestas
tantas tardes jadeando
en los desiertos
de un desconsuelo inútil
de una tortura estéril.
Cuando mi tuétano
tan contusionado
ha resistido el paso de la nada.
¿Morir?
no se puede morir una llama extinguida.
Imposible excavar a tantos metros bajo tierra.
4 comentarios:
Cuando morir sea imposible, porque todo se ha muerto ya, no queda más que renacer en el tortuoso rito del fénix o de la serpiente que deja la piel como otra vida al amparo de una luna nueva que será nueva y otra. No será necesario excavar la tierra, seremos parte de ella para dar alimento "serás, mientras la tierra vaya y vuelva, esposo siempre de la siempreviva, estiércol padre de la madreselva" M. Hernández.
Qué profundo y qué dolor, te entiendo.
En primer lugar, muchas gracias por pasarte por mi blog! todo un orgullo para mi!
Morir, tan insignificante momento... en que el cuerpo pasa a ser definitivamente horizontal, y siente el deseo por un instante de sentirse abrazado por la esteril tierra que mas tarde, le rodeara.
Me gustan mucho tus letras, me mezco en ellas cada vez que escribes.
Un Saludo!
Magnificas letras las tuyas...enhorabuena y gracias por compartirlas.
Me llevo con tu permiso tu blog al mío.
Me gustó mucho el sentimiento profundo y genuino que expresa este poema.
Se requiere de mucha sabiduría reconocer la emoción, un brillante talento para expresarla y una gran valentía para compartirla.
Un fuerte abrazo!
Publicar un comentario