Molly Brill La gente no se da cuenta
que llevo un grito ahogado en la capucha
de mi abrigo.
Al pasar frente al mercado
me miran los vendedores
con aire solícito y desolador,
El olor de la carne me disloca el cuello
y mi capucha es testigo
de este invierno atroz y mudo.
Si pudiera pedir socorro lo haría
pero tengo la garganta cortada a la altura
de la cuerda vocal por donde empieza tu nombre.
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17 comentarios:
déjate llevar y suelta ese grito, deja que se escape y vuele libre
un abrazo
Preciosos poemas, pinturas maravillosas, un "poema total" tu exquisito blog.
Un abrazo grande,
Migdalia
linda entrada
me encantò el poema
te dejo un beso grande
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Fatalidad de ser:
A veces voy fluyéndome, espiritual y diáfano,
me voy desabismando, me pierdo de mí mismo,
vuelo en millones de alas como una luz de estrella,
huyo en millones de olas como un agua de océanos.
Soy mi propio no ser, la absorción infinita,
un desvanecimiento de la sangre y la idea,
imposible a las hambres, imposible a los sueños,
y a sentirme en mis ansias y en mi esencia inasible.
Se diría una muerte, un cósmico retorno
entre los infinitos de sombras y de mundos,
o un vacío de Dios helando los espacios.
Y al extinguirme, inmenso y hondo como la Nada,
siento aún que me quemo en un horror sublime,
como si el pecho en llamas irguiese mi destino.
Carlos Sabat Ercasty
Sonetos de las agonías y los éxtasis
Academia Nacional de Letras
Montevideo 1977
¿Estarás contenta Meri Pas? Hablando de los gritos de la capucha en este invierno atroz y mudo, con la garganta cortada ¡a la altura de tu nombre! Pero, estoy tendría que estar prohibido, no tienes derecho a sacudir así cuerpos y almas, ¿o sí?
Bueno, sí. Mi felicitación. Te dejo también un poema, por cierto he disfrutado muchísimo del de Fede Hammelinn.
De Rafael de León: Muerto de amor
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
ni el hilo de mi voz, ni mi cintura,
ni lo sabe la luna que está interna
en mi jardín de amor y calentura.
Y yo estoy muerto, sí, como una tierna
rosa, o una gacela en la llanura,
como una agua redonda en la cisterna
o un perro de amarilla dentadura.
Y hoy que es Corpus, Señor, he paseado
mi cadáver, de amor iluminado,
como un espantapájaro siniestro.
La gente, sin asombro, me ha mirado
y ninguno el sombrero se ha quitado
para rezarme un triste padrenuestro.
Tal vez la gente no se da cuenta de las inquietudes que tiene la otra persona.
¡¡¡Saludos!!!
Tal vez la gente no se da cuenta de las inquietudes que tiene la otra persona.
¡¡¡Saludos!!!
Será que el grito debe salir justo por ahí. Así lo liberas antes.
Verás que tu cuello sólo tendrá una leve cicatriz
bravo, por dejarme sin aliento al leerte, por transmitir la desolacion de una manera tan real.
Es un poema precioso.
Un abrazo
Duro... pero estamos hechas para sobrevivir... y tras la muerte, la vida siempre. Es muy potente la imagen de la capucha, veo a la mujer con capucha de inmediato con su garganta cortada.
Un abrazo!
Soledad y desesperanza, es lo que me transmite este poema.
Tal vez deberías quitarte la capucha, y olvidar el nombre que corta tu cuerda vocal.
Besos.
Me gusta como has expresado la sensación que te produce su nombre.
Si pasas por mi blog, verás lo que me produce a mi el nombre de él...
Me quedo siguiéndote.
Besos
Me gusta como has expresado la sensación que te produce su nombre.
Si pasas por mi blog, verás lo que me produce a mi el nombre de él...
Me quedo siguiéndote.
Besos
Hay que dejar que salga ese grito, que proteste, que se encienda: hoy es 25 de noviembre día en contra de la violencia hacia la mujer.
Saludos, poeta de mis preferencias, mi barquito siempre sigue la ruta de tus versos.
Hay algo más difícil que pedir auxilio?
Me ha encantado tu blog. Vengo desde la casa de Carmensabes. Tú sabes.
Besos.
Este invierno atroz y mudo, al
menos disfruto leyendo tus bellos
versos,
un placer pasar por tu casa.
Que tengas una feliz semana
un beso
RMC
Días en derroteros de la angustia me privaron de tus letras, vengo ahora con las velas altas que el aire de tu voz es la ruta para llevarme tus poemas.
Saludos desde mi barquito que navega otra vez.
Muy buen poema, muy intenso...
primero lo de la capucho no me gustó tanto, no me gusta mucho esa palabra en sí, pero es verdad que como imagen funciona de maravilla.
El poema es intenso y el final casi para quitar el aliento.
Me gusto ese verso del invierno atroz y mudo...
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