
Marek Fijałkowski, painting
Con el chorro del agua calentísimo
mi piel no se inmuta,
ni me quema, ni saltan chispas.
La enfrío y tampoco noto nada.
Intento recordar algún momento,
tengo la maleta llena de poemas
versos de amor terribles.
Y difusamente aparece una taza de loza.
Compartíamos creo, los desayunos
hace miles de años.
En la otra vida, en otra dimensión.
El día que decidí partir al futuro de un tajo,
para redimir mis pecados
para encontrar los valles verdes.
Dónde están esos bosques gloriosos
con los que soñaba...
Sólo el residuo de aquella taza de loza
me hace dudar, si de verdad estuve muerta tanto tiempo.
O si estos siglos, sólo han sido
un crecer de cabello y uñas irreversible.
---