martes
Oruga
Ayer, mientras contemplaba
a una oruga muy cercana,
comprendí la vida.
Al menos la vida que yo anhelo,
corta, intensa, verde.
Pero no quiero convertirme
en mariposa,
me da terror.
Solo oruga y rastrear
y agujerear
y morder.
Buscar mi alimento
con las antenas que llevo incorporadas,
y si me siento atacada,
difundir mi veneno con una picadura única,
que por mi instinto animal,
nunca dudaría, ni por un momento
en corresponder con mi fluido letal
a quién se me acerque
sin haber sido invitado.
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5 comentarios:
Uhhhhhh,¿ así no quieres convertirte en mariposa, oruguita? Ese veneno esencial es parte de la vida. Desgarrado, como todos tus poemas, brutal.
Besitos.
Me gusta... agujerear, morder, rastrear y de acuerdo en utilizar el veneno (si es necesario); y sobre todo la vida, ¡intensa y verde!. Pero por favor, ¡no corta!.
Abrazos.
No he sido invitado y si, he probado tu letal veneno que me corroe desde ya el alma. Me declaro adicto a tu picadura de poeta. Te dejo mi barquito para que cruces el océano y muerdas, verde como eres, otros alimentos que son también del alma.
me ha gustado mucho tu blog!!! lo seguiré visitando, un saludo,
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