martes

Oruga

Kristian Adam




Ayer, mientras contemplaba
a una oruga muy cercana,
comprendí la vida.

Al menos la vida que yo anhelo,
corta, intensa, verde.

Pero no quiero convertirme
en mariposa,
me da terror.

Solo oruga y rastrear
y agujerear
y morder.

Buscar mi alimento
con las antenas que llevo incorporadas,
y si me siento atacada,

difundir mi veneno con una picadura única,
que por mi instinto animal,
nunca dudaría, ni por un momento

en corresponder con mi fluido letal
a quién se me acerque
sin haber sido invitado.

5 comentarios:

elena clásica dijo...

Uhhhhhh,¿ así no quieres convertirte en mariposa, oruguita? Ese veneno esencial es parte de la vida. Desgarrado, como todos tus poemas, brutal.
Besitos.

Lozzano dijo...

Me gusta... agujerear, morder, rastrear y de acuerdo en utilizar el veneno (si es necesario); y sobre todo la vida, ¡intensa y verde!. Pero por favor, ¡no corta!.
Abrazos.

LUMPENPO dijo...

No he sido invitado y si, he probado tu letal veneno que me corroe desde ya el alma. Me declaro adicto a tu picadura de poeta. Te dejo mi barquito para que cruces el océano y muerdas, verde como eres, otros alimentos que son también del alma.

María José Reche dijo...

me ha gustado mucho tu blog!!! lo seguiré visitando, un saludo,

Anónimo dijo...

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